11.15.2013

Como el ave Fénix

He surgido. He resucitado. Como quién no quiere la cosa, he vuelto a ser la misma de hace mucho antes, cuando las cosas del corazón me eran superficiales, de las que me hacían llorar y luego al poco tiempo seguir con mi vida, que las cosas no terminan ahí, que tengo mucho planes por realizar. Sueños. Que no busco a alguien a mi lado, que me es secundario o tal vez más, que sabe que las cosas del corazón duran poco, que todo es bonito al principio pero luego sino se acaba el amor, terminan rasgando tu vida. 

Me siento fuerte, tanto así que al leer todas las estupideces que escribía de tal o cual persona, ya no es nada importante en mi vida, que si plasmaba mis sentimientos porque no sabía como sacarlos sin que alguien me entienda y no crea lo tonto que suena contarlo. Pues sí, fue tonto, estúpido y todo lo que quieran llamar, mi perspectiva de esos encuentros eran fortuitos, yo era la más ilusa en todo esto. En qué me valía para criticarlo a él, si yo era tan parecida a él pero en otra perspectiva? Qué me hacía pensar que regodearse de estar con esa persona era lo máximo? 

Me he dado cuenta que uno puede hacer lo que quiera pero eso no equivale en hacer lo mismo que te hicieron a ti, sea intencional o no, tal vez me cegué con la idea de que todo iba a ser diferente, que tenía (y tengo) derecho en ser feliz, que era equívoco que el destino recompense a una persona que me hizo mucho daño y yo aquí sin tener la misma suerte. Pues que mierda! quería pensar que no era primordial, que era un simple juego, me engañaba a mi misma, cuando era todo lo contrario, cuando en realidad había abierto mi corazón a un espantajo, que mis ilusiones gobernaran mi vida, que fácil, que tonto, que iluso de mi parte.

No necesito a nadie para ser feliz. Soy feliz. Sólo a las personas que en realidad me importan y no a sujetos que pasan por mi vida y luego se van. El amor estaba cegándose, no me dejaba razonar y solo justificaba todo lo demás sin embargo, todos cometemos errores, para mí esto era algo nuevo y cometí ese error pero de los errores se aprende... no? Lo importante es no volver a tropezar en la misma piedra.

Gracias. Sí gracias a todos esos zánganos que estropearon mi vida porque me hicieron más fuerte y más inteligente, siempre hay que verle el lado bueno a lo malo, siempre hay que aprender. Mi corazón está tranquilo y quiero enfocarme ahora en adelante en mi futuro, lograr mis sueños y metas y que no haya nada que se interponga.

Soy como el ave Fénix.

No hay comentarios:

Publicar un comentario