No sé si es temor, si es que algo se active o si es porque actuara normal, como si no pasara nada, pero no quiero verlo, ni en sueños, ni en pesadillas, ni en medio de la calle. Tú caminando y yo cruzándome en tu camino, no quiero porque no sé que sentiría.
Pero el destino es caprichoso y vas por ahí, feliz y sin preocupaciones y es entonces que lo ves, caminando, cerca de ti, a unos pasos, posible alcanzarlo sin embargo, nada cómodo. Se te borra la sonrisa, sientes ansiedad de que no te vea, que siga sus pasos, que no se de cuenta que estás por ahí, a una corta distancia y es cuando te imaginas, debería estar ahora con alguien más, pasear abrazados y contentos... qué pensaría¿? qué sentiría¿? no habría remordimientos, ni esperanzas, sólo la alegría en mi rostro, pero no, ahí iba yo huyendo y no queriendo verlo o peor aún que se diera cuenta de mi presencia, gracias a... bueno no sé a quién debería agradecer, la situación es que no se dio cuenta, siguió y siguió hasta que lo perdí.
La sensación que traspasó mi ser cuando lo vi era extraña y es que me di cuenta que el temor era porque tal vez aún sintiera algo por él, no quiero saber eso, no puedo asegurarlo, quiero que se aleje, no sé... pero estaba ahí aunque de espaldas, con su caminada particular, la forma de su cabeza, la atención a otra cosa, no sé pero siempre he tenido la particularidad que soy de las personas que ven al mínimo detalle y más aún si es una persona que quiero. Si se cruzara un grupo grande en medio, igual sabría diferenciar que él está en medio de la multitud. Espero que esto no vuelva a pasar, espero que no haya oportunidad de cruzar palabra o miradas, no quiero, no lo necesito, no sabría que decir o como sentirme, soy muy transparente, tan sólo quisiera que me viera siendo feliz con el tiempo, esperar más tiempo para que se cruce nuevamente en mi camino, mientras tanto, no quiero encontrarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario